lunes, 14 de diciembre de 2015

Aquellos anocheceres

Ya solo recuerdo de ellos un susurro.
Aquellos pájaros que dibujaban el cielo
con sus alas humildes,
adónde habrán volado.
En su lugar han dejado una jaula
hundiéndose en el mar,
en la que me parece estar anclado.

Aquellos anocheceres buenos,
ya no guiados por los pájaros de libertad y sueño,
se han extinguido con la última lágrima de Apolo.
Ahora,
cada última hora de estos días
me parece en verdad para mi cuerpo última,
y recibo el tósigo de tus labios,
mañana, quimera arquetípica.

En este estado lúgubre fallezco,
pues el vivir es inherente al soñar.
Una vez fui hombre y estuve vivo.
Hoy miro a la vida y no la reconozco.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Libertad

La verdad condena aquello que alcanza
con su halo de mudez ineludible.
A la tenue condición de inaudible
resigna a la hercúlea voz que avanza,

por un camino gris que se medranza
en su nuevo menester impasible,
y le entrega, con manos invisibles,
engaño de recorrer propia andanza.

Nadie escapa a tus cadenas de bronce.
Desde su averno el lobo ancestral muere
al suelo de un firmamento caído.

¡Devuélveme aquello que nunca fuere!
Por escaparse de tu burdo gonce,
por huir mi carne del hueso herido.





miércoles, 7 de octubre de 2015

Marinero Intrépido

Afronto la mayor tormenta de una vida.
Voy a cruzar tu mar
con la carabela de mis besos.
Al timón dirige tu alegría,
que detiene el reloj de arena
en el cenit de tu risa, y
calma el agua de todo mal sueño.

Soy un marinero intrépido
porque te afronto sin chaleco salvavidas.
Me ahogo entre las mareas
que zozobran tus caderas.
Tomas de mí hasta el último aliento.
¡Mas qué dulce es esa muerte
ahora que la tengo!

En el final de mi travesía
habrá caído mi bandera de bravura.
Habré visto el confín del mundo entero.
Habrá caído el telón de las fantasías.

Ciegos y sordos preguntarán por mi ventura,
pero el secreto de tus ojos negros,
¡me lo llevaré a la tumba!

domingo, 27 de septiembre de 2015

Ataúdes para mi generación

Ya nada me despierta por la noche;
nada tengo que me aúlle,
y es el doble de terrorífico.
Prefiero escuchar al lobo que me aceche
a que ya no queden lobos.

Con ese silencio indiferente
el bosque me acoge entre sus ramas.
Sintiendo su tono de reproche.
Su respirar tácito e indulgente.
Su frondosa caricia que se acaba.

La primavera ha dado la espalda
con un largo adiós de hojas caídas.
Lo que reste de este otoño,
ahora voluntario e indefinido,
será solo cosa nuestra.




lunes, 21 de septiembre de 2015

Luz de ayer

Recibo lo que es mío.
No se me concede nada más.
Recibo el castigo por mis errores,
la culpa por mis intentos,
el reproche por mis acciones.
Y no se me concede nada más.
Pero no es culpa de nadie,
quiero que lo sepas,

Se fuga de lo romántico la sed de libertad
para luego lanzar flores a su tumba.
Que no se note el acento de tu pesar,
ni delate que tu pena es extranjera.
Yo te guardaré el secreto
porque no es culpa de nadie.
Y recibiré lo que es mío
cada vez que no me quieras.


viernes, 11 de septiembre de 2015

La Nostalgia

Esta noche no hay estrellas,
y se puede leer en el cielo,
uniforme y extensa
la palabra melancolía.
Es de esas noches para ser olvidadas
pero no se olvidan.
Se esconden en la sombra de otro recuerdo hiriente;
acechan juntos buitre y hiena
para duplicar la angustia de la presa.
Apoyada sobre mi flébil pensamiento
me mira desde arriba,
y desde allí ve a tu fantasma a mi lado,
al que yo no puedo ver y es motivo de mi pena,
a que no puedo tocar y es motivo de mi llanto.

A veces atraviesa la habitación un soplo de aire nuevo,
resucitando por un instante mi espíritu tendido
que agradece su mano ligera y suave.
Entonces es cuando te veo,
siempre alegre,
mas con un brillo de tristeza en tus ojos,
a su vez siempre sinceros.
Y te desvaneces con ese mismo aire.
Pero antes de que desaparezcas por completo,
de que la noche vuelva a burlarse de mi dicha,
permanece tu aroma unos minutos más.
La nostalgia levemente se transforma en hermosura,
y yo puedo evitar el abismo de tu ausencia
sobrevolándolo grácilmente sobre tu risa,
antes de que se apague y la olvide hasta mañana.

sábado, 15 de agosto de 2015

Decernere

Tembló mi tierra. Dudé.
Frente a mí un fatídico paso.
A la derecha otro.
A la izquierda otro.
Me quedé donde estaba,

y me caí.

jueves, 13 de agosto de 2015

Reflexión primera

¿Y si una relación fuese un auténtico 50% de cada uno de los dos?
Me ha dado por pensar en todas aquellas veces que hemos creído "¡La he encontrado! ¡Por fin! A esa persona tan especial, a la que quiero tantísimo y que sé que es el amor de mi vida..." Y a la vez en todas esas veces en las que la mayoría de la gente nos equivocábamos al pensar eso.
Pasaba algo, un error, una situación incontrolable; lo que fuera, y perdíamos a esa persona especial.
Entonces nos aferrábamos a ella porque era esa persona tan única para nosotros, tan necesaria en nuestros planes futuros incluso, porque no dejaba de ser parte de nuestro "destino".
¿Pero y si no era así? Y si en realidad, en una relación solo tienes que preocuparte de hacer bien tu 50%, querer a esa persona, apoyarla, ser atento con ella, ayudarla... Dar a veces un pequeño porcentaje más de ti cuando ella no puede, porque le ha caído un meteorito encima del coche o el motivo que sea. ¿Y si todas esas relaciones han acabado mal por un sobre esfuerzo que hacía al final incontrolable esa situación que deseábamos que estuviese controlada? ¿Y si en ese afán hacíamos más de "nuestra parte" y por eso se estropeaba todo?
Es posible, y solo posible, que en realidad nada de eso tenga que ser así. Que simplemente tengas que limitarte a hacer tu parte, como dije antes, ayudarla, estar ahí, querer a esa persona; y que ella haga lo mismo, sin excesos, pero sin carencias. ¿Que ella no hace su 50% y todo se va al garete? Bueno, tu has hecho lo que tenías que hacer, seguramente después de todo esa no era tu persona especial. Pienso que hay demasiadas personas en el mundo como para morirnos casi literalmente en el intento por mantener a alguien que no nos quiere, que no hace su 50%. Quizás deberíamos empezar a vivir más con el amor y no a vivir dependiendo de él.

martes, 28 de julio de 2015

Lo son

Hay momentos encadenados a los silencios de una noche
en los que solo mi voz suena y solo yo me oigo.
Son momentos tensos, hirientes,
que olvidan y recuerdan,
que nacen y perecen.
Son momentos que arrojan indiscriminadamente
penas y alegrías del pasado,
para que luego decida el alma si ríe o llora;
son momentos que en mitad de la noche
apuñalan la conciencia que se ahoga.

Atrás dejan su estigma, ojos rojos, mirada perdida,
o quizá dos lágrimas mártires sobre la cama.
Son momentos tensos, hirientes,
que en mitad de la noche dejan que el alma decida.

martes, 2 de junio de 2015

(sin título)

Como en una habitación cerrada
mi aire no muta y persiste al cambio.
Posee el mismo olor de ayer
y el de mañana;
se puede atisbar en él el miedo a lo perecedero.
Ese olor a azufre, ese dolor intenso.
Esa suma dentellada
que jamás repara el agravio,
funesto hacia mi alma
y por siempre imperecedero,
que, como mi aire, no cambia.

miércoles, 15 de abril de 2015

Es Oviedo

Son malos tiempos.
Una nueva enfermedad se propaga,
la lleva el viento,
la respiran tus pulmones,
pero son los pulmones más jóvenes los más diezmados.
  (Este más lleva acento, ¿no?
               ¿O era tilde?)
La ignorancia encuentra pocos muros
y cada vez caen de estos más libros.

Algunas madres lloran cuando la boca
desdentada de su hijo les hace sangre al mamar,
así como Vetusta llora cuando sus nuevos hijos
la mancillan, la muerden, la menosprecian.
Monosílabos inundan los diálogos
mientras la ciudad ahoga un "socorro" en modo de protesta.
Mas como madre quiere a sus hijos por encima de sí misma,
y contempla a los ociosos de nada saciar su vicio...
Noche, tarde, mañana.

La vergüenza será borrada si cae en su rostro la lluvia alguna vez.
Es Oviedo, lloverá.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Exhumar la razón

Yo de muerto quiero ser anónimo.
¡Qué incómodo que te recuerden post mortem!
Dirán de mí cosas que no hice.
Me relacionarán con ideas que nunca pensé.
Desnudarán todas mis posesiones y escritos.
Total, no estaré ahí para defenderme.

Yo de muerto quiero ser anónimo,
porque quiero criar malvas con
cierta tranquilidad.
Parece mentira que incluso en la muerte
le vaya a costar a uno descansar en paz.

lunes, 2 de marzo de 2015

Escucha:

Estas palabras no desprenden voz,
tampoco sonido.
Tú crees que me escuchas
porque crees que te estoy hablando.
Ahora mismo,
tengo la voz que tú quieres que tenga,
quizás la que de algún recuerdo albergas,
quizá la que siempre quisiste
que hubiera tenido.

Tú me escuchas porque he escrito
sobre tus oídos de papel.
Con toda intención de que me oigas.
Oírme con la voz que me pones ahora,
mi voz más sincera y amable.