martes, 28 de julio de 2015

Lo son

Hay momentos encadenados a los silencios de una noche
en los que solo mi voz suena y solo yo me oigo.
Son momentos tensos, hirientes,
que olvidan y recuerdan,
que nacen y perecen.
Son momentos que arrojan indiscriminadamente
penas y alegrías del pasado,
para que luego decida el alma si ríe o llora;
son momentos que en mitad de la noche
apuñalan la conciencia que se ahoga.

Atrás dejan su estigma, ojos rojos, mirada perdida,
o quizá dos lágrimas mártires sobre la cama.
Son momentos tensos, hirientes,
que en mitad de la noche dejan que el alma decida.